Educando sin gritos…en cuarentena?

Educar sin gritos ha sido un proceso de años que cuando creo que me sé la lección aparece una nueva.
Todos a causa del Coronavirus nos hemos visto enfrentados a una situación desconocida que nos ha generado descontrol y emociones que cambian a diario.
Desde el incio de esta cuarentena traté de no mirar muy lejos y enfocarme en un día a la vez para que no fuera tan pesada la carga emocional. Sin embargo, era conciente del GRAN desafío al que nos enfrentaríamos. Hijas 100% del tiempo + homeschooling + esposo en homeoffice. Todos bajo el mismo techo… ufff! Intenso!
Con el pasar de los días me empecé a sentir cansada e impaciente. No es para menos!! Cambió nuestra vida de un día para otro. Tuve que establecer nuevas rutinas, ejercer roles que no hacia y ser la educadora de mis hijas. Además, por si fuera poco, enseñar a mi hija con necesidades especiales que se traduce en desafíos aún mayores.
En este momento llevo 29 días de cuarentena. Los primeros 12 estuvieron acompañados de estrés y gritos. Ese doceavo día tuve mi breakdown. Lloré, patalié y me dí cuenta que, como venía mi rutina y mi actitud (impaciente y explosiva), no serían sostenibles en el tiempo ni saludable para nadie, menos para mis hijas.
De alguna forma estaba en negación. No quería aceptar esta nueva rutina pero no tenía otra alternativa que hacerlo porque esto no iba acabar tan rápido. Ese día hice algo que me funcionó en el pasado para resolver algunos problemas. Hice una lista de las cosas que más me estaban afectando del encierro y las prioricé. Quedaron 2 principales: 1. La dinámica del homeschooling y 2. Cero tiempo para mí.
Al tener el panorama más claro de lo que me estaba afectando pude hacer algo al respecto. Así que:
- Hablé con el colegio y les dije como me sentía. Ellos me ofrecieron más apoyo lo cual ha sido muy positivo para mí hija y para mí. Y por mi parte cambié de actitud. Decidí que primero estaba mi salud emocional y mental y la de mi familia. Si no logramos hacer todo lo del colegio, esta bien! Estamos haciendo lo mejor que podemos y a nuestro ritmo.
- Hablé con mi familia y les dije que el hecho de estar siempre juntos no quiere decir que siempre estoy disponible. Escogí un lugar de la casa donde es mi lugar de paz, calma y orden. Ya saben que cuando estoy ahí es mi momento para leer, orar, meditar o no hacer nada. Están aprendiendo a respetarlo.
Esas pequeñas cosas hicieron un gran cambio en mi rutina. Sobretodo me hicieron sentir menos presionada, lo que se tradujo en menos gritos. Nuestros gritos siempre salen de nuestro enojo, frustración, cansancio, desespero, impotencia. Si analizamos la fuente nunca el motivo principal van a ser nuestros hijos. Ellos simplemente con sus cosas de niños echan la última gota que derrama el vaso que ya estaba lleno con nuestros problemas y preocupaciones.
Todos en este momento estamos recibiendo presiones de diferentes tipos: colegios, trabajo, noticias y redes sociales. Estas últimas nos bombardean con mensajes que nos invitan a ser positivos, aprovechar el tiempo, hacer lo que nunca hicimos, reinventarnos, cocinar, leer, hacer deporte y bla bla bla (seguramente no tienen niños pequeños). Mensajes que aunque son con buena intensión pueden generar frustración.
No quiero decir con esto que no es importante sacar algo positivo de esta cuarentena. Hay muchas reflexiones buenas al alrededor. El punto es que creo que es más importante, y sobretodo saludable, aceptar lo que sentimos (bueno o malo) y poder expresarlo sin miedo a ser juzgado. Permitámonos sentir y seamos pacientes con nosotras y nuestros hijos. No dejemos que todas esas presiones externas nos saturen y terminemos descargandonos en quienes menos tienen parte en esta historia.

Nadie sabe cuando vamos a volver a la normalidad. Mientras tanto tratemos de hacer lo más llevadera posible esta situación. Tratemos de tener paz en medio de la tormenta. Se que es fácil decirlo y difícil aplicarlo. Tendremos días donde vamos a tener que explotar, desahogarnos y llorar. No olvidemos que el día siguiente es una nueva oportunidad para tratar de hacer las cosas diferentes.
Todos estamos tratando de sobrevivir en medio de esta tormenta. Tratemos de darles a nuestros hijos lo mejor que tenemos dentro y no lo peor. Por último, piensa por un momento: ¿qué recuerdo quieres dejarle a tus hijos de esta cuarentena? …. Pensar en esto te ayudará a tomar decisiones y a tratar de regular de la mejor forma tu enojo, estrés y/o ansiedad.
5 comentarios
Ana Milena · mayo 16, 2020 a las 5:36 am
Gracias por mostrarte vulnerable. Es natural sentirnos preocupados durante este tiempo de incertidumbre, nuestra generación nunca antes había experimentado algo similar. Me alegra saber que has encontrado estrategias para dedicarte tiempo a ti misma. Muy frecuentemente olvidamos que para poder cuidar de otros primero debes ponerte tu propia máscara de oxigeno. Qué experiencia positiva has descubierto durante este tiempo de cuarentena?
admin · mayo 17, 2020 a las 9:02 pm
Son muchas las cosas positivas que salen de esto. Te invito a oír un capitulo de un podcast que estoy haciendo donde hablamos de lo bueno, lo malo y lo feo de la cuarentena. Te dejo el link:
https://piapodcast.com/episodio/educacion-y-familia/lo-bueno-lo-malo-y-lo-feo-del-confinamiento-descontrol-parental/
Ana Milena · mayo 21, 2020 a las 3:55 pm
En estos días lo escucho ?
Ana Milena · mayo 23, 2020 a las 3:09 pm
Que agradable escuchar tu voz despues de tantos años.
Te comparto lo bueno, lo malo y lo feo desde mi perspectiva:
* LO BUENO: El desacelere y la posibilidad que esto trae para reflexionar y disfrutar de todo sin tener la presión del «vamos tarde». En mi caso particular el confinamiento ha sido un bálsamo que ayudó a limar asperezas en mi relación de pareja.
* LO MALO: La dificultad para enfocarme trabajando desde casa con tantas distracciones. La falta de interacción con otras personas fuera de mi esposo y mis hijos.
* LO FEO: Lo innatural que se siente ser germofóbico.
admin · mayo 25, 2020 a las 3:11 pm
De acuerdo contigo! yo admiro a todas las mamas que tiene que enfocarse en el trabajo, hacer homeschooling y administrar la casa… me quito el sombrero! te voy a escribir a tu correo directo! un abrazo